Virgencita de Luján, danos honestidad en nuestros corazones,
sinceridad y caridad en nuestras acciones haciéndonos esclavos de Tu Hijo Amado.
Ayúdanos a reconocerte en nuestro origen como verdadera Madre de esta Nación,
bajo Tu Manto, que es nuestra bandera.
Danos amor por el trabajo honesto, recordando a nuestros padres
que trabajaron esta tierra bendita.
Santa Madre de Dios ayúdanos a encontrar la unión,
la unión en el amor a Dios.
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